<< Gracias al calendario volvemos a empezar todos los años, sólo hay que esperar a Enero. La recompensa por sobrevivir a la navidad es el año nuevo, que viene acompañado de los tradicionales buenos propósitos; dejas atrás el pasado y vuelves a empezar. Es difícil resistirse a la oportunidad de empezar de nuevo, de dejar tus antiguos problemas a un lado.
Quien decide cuando acaba lo viejo y empieza lo nuevo no es un día del calendario, ni un cumpleaños, ni un nuevo año. Es un acontecimiento, grande o pequeño, algo que nos cambia, que nos da esperanzas. Una nueva forma de vivir y contemplar el mundo, para dejar marchar los viejos hábitos, los recuerdos.
Lo importante es saber que siempre se puede volver a empezar. Aunque también es importante recordar que entre todo lo malo, siempre hay cosas a las que merece la pena aferrarse. >>
Te levantas un día y ves que todo está mal, nada es como tú siempre habías querido que fuera, no es lo que tanto deseas, por lo que siempre se supone has luchado. Te das cuenta de que lo que haces cada día no te gusta, esa rutina que sigues no eres tú. Pero no te ves con fuerzas para cambiarlo, crees que las cosas han salido así porque sí, porque alguien o algo rige nuestros caminos.
Y de pronto, hay algo, el más mínimo detalle, que te hace ver que no hay que conformarse, que si realmente quieres algo lo puedes conseguir, simplemente tienes que cambiar tu mentalidad.
Un simple “Yo puedo” cada mañana, un “¡Qué guap@ estoy hoy!” de vez en cuando, tomarte un tiempo para ti, para dedicarlo a lo que te gusta, ¡a ser feliz! Cruzarte con alguien y dedicarle una sonrisa, no supone nada, y puede suponer todo.
Pero sí que hay unas “ayuditas” que siempre están ahí, y por tanto, para apoyarte en este cambio también, ya sea tu perro, un amigo, tu hermano… o esa conversación que mantuviste con una persona con la que sólo has hablado una vez, pero que utilizó las palabras adecuadas en el momento adecuado. Son personas, momentos, recuerdos que merece la pena mantener.
Recuerda que en tu vida el PROTAGONISTA eres TÚ, y tú eres el que pone las normas.
